viernes, 19 de noviembre de 2010

VOLVER AL FUTURO


PAM PAAAAM PARA~RAM PA PAM PAAAMMM!!!


(haciendo la musiquita de fondo como Kronk)


Crecí con películas estilo Volver al Futuro.


Esa camada de películas de aventura/acción/fantasía/ciencia ficción ochenteras y de principios de los noventas: Inidana Jones, Los Goonies, La Historia Sin Fin, Cocoon, Corto Circuito, Milagro en la Calle 32, Laberinto, y así... junto con películas de Disney, caricaturas, canciones y cuentos influenciaron mi fértil imaginación.


(Confieso que StarWars me llegó más bien cerca de la pubertad.)


Así que fue de lo más grato saber que Volver al Futuro regresaba al cine, con lo cual podría verla así ya con pleno uso de mis facultades y por voluntad propia en una pantalloooota.


Llegué a una sala donde solo había una persona y no llegaron muchas más, para fortuna mía, porque justo atrás se fueron a sentar unos muchachitos que no paraban de hablar y sin problemas pude cambiarme a dos filas lejos de ellos (por favor, si vas a platicar con tus amigos cómprense café, no boletos de cine!).


Y por fin pude ver la película en silencio...


(¿No está increíble ésta imagen?)



Hace años que no la veía y no me acordaba de muchísimas cosas, así que la disfruté como si nunca la hubiera visto.




Además de verla desde un enfoque diferente porque nunca la había visto en inglés, ¡que voz tan bonita tiene el Doc!


Estaba ahí Lexell sentadita, mucho mayor, más analítica, mucho más friki, con muchísimo más bajage de ficción en la mente.


Y una buena película siempre será una buena película. Me emocioné muchísimo.



Al empezar los créditos finales y sonar el tema musical a todo volumen se me salieron un par de lágrimas, Volver al Futuro me resultó un reencuentro conmigo misma.


Comprendí que sin importar el tiempo, los años, las personas que han ido y venido, todas las cosas que he visto, leído y escuchado, mi escencia sigue igual.


Siempre he sido la personita ansiosa de historias, ansiosa de música, ansiosa de personajes memorables, de buenas actuaciones, de emociones a traves de una pantalla o un libro o una voz...


La misma niña emocionada que se subía al sillón imaginando que era el Delorean fue quien estaba sentada ese día en una butaca de cine sufriendo porque a Marty no lo dejaban volver a su tiempo en paz.


Así que solo me queda preguntar...


¿Reestrenarán las otras dos?


Listen to the Music of the Night

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