viernes, 11 de febrero de 2011

Tardecita rica :3

Acudí al llamado de un amigo para no quedarse en casa picándose los ojos y cayendo en depresión porque no lo dejaron trabajar hoy.

Fuimos al cine y vimos Temporada de Brujas. Interesante... iba bien, iba muy bien, pero el arco final me pareció de lo más forzado y falso.

Nos acabamos unas palomitas y un refresco grandes... pasé como la mitad de la película recargada en su hombro, menos mal que estuvo fluída sino acacaba dormida ja.


Bastante amodorrados (les digo que el final estuvo chafa) nos quedamos viendo los créditos y escuchando la música de los mismos hasta que nos encendieron las luces y salimos de la sala, descubrimos que a diferencia de las pocas personas que había cuando llegamos, ahora el cine estaba lleno. Y lo más importate: los sillones estaban llenos :( Así que emprendimos el camino a otra plaza.


Hablando de la película y de otras nimiedades llegamos a nuestra segunda parada, donde nos sentamos a platicar.


Salieron temas tan diversos como la sugerencia de ir a audicionar con unos amigos de él que están buscando vocalista para un grupo de covers de rock argentino (¿me imaginan rockeando? jajaja), "traumas" de la infancia (y desde la infancia), las series que quisiera comprar originales y no estaban en el Mixup, y sobre éste asunto de querer ser escritora.


Le conté porque me gustaba, que desde siempre lo traigo, y me dijo que tenía vocación de escritora.


"No importa lo que sea de mi vida mientras pueda seguir escribiendo."


Es curioso en verdad, cuando comencé a contarle me miró con más interés que nunca y me dijo que hasta me brillaban los ojos de ilusión mientras hablaba sobre esto. ¿De verdad lo traigo en la sangre?


Finalmente fuimos a las hamburguesas de la calle y caminamos hasta su casa para que me llevara en coche a la mía. Me contó que todos lo molestan por manejar"como viejito" (y sí, maneja super lentoooo jajaja) pero se jacta de no haber chocado nunca. Yo le hablé de nuestro accidente en carretera hace diez años y de eso estábamos hablando cuando llegamos a casa.


"Así que cuando me veas clavando las uñas en el asiento es porque vamos muy rápido."


Me acompañó hasta la puerta y nos abrazamos para despedirnos, mientras me daba las gracias por haberlo acompañado.


Está bien, todo está bien, me agrada estar recuperando esta faceta de mi vida, dejar que un hombre se acerque de nuevo y empezar a confiar aun cuando él no sea irrefutablemente homosexual.


Como que ya hacía falta...


Listen to the Music of the Night

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