sábado, 10 de diciembre de 2011

Crónica de una sacudida.

Tembló.
Horrible.

Estaba sentada chateando con mi nee-chan cuando sentí que el piso se cimbró bajo mis pies, hasta acá no se siente cuando pasa un camión y fue aumentando así que escribí "esta temblando salte".

Me levanté y el trepidatorio se convirtió en un fuerte oscilatorio, la casa se movía de un lado a otro, escuchaba como el bote del baño casi lleno tiraba agua de la pura meneada, fui a desconectar el celular que se cargaba, agarré mi chamarra y salí dejando la puerta abierta, ya no busqué mis llaves.

Las escaleras se movían horrible y estaba todo oscuro, con un poquito de luz del celular bajé más lento de lo que hubiera querido, al llegar al patio agarré el cel rogando que saliera un mensaje, escribí "Estoy en casa", se alcanzó a enviar a mamá y le pedí a Dios que estuviera bien y lo leyera para que se calmara un poco.

Me recargé en el barandal de la ventana sintiéndome mareada y el sismo no cedia, así que pensé en abrir el zaguán para que no se fuera a atrancar la puerta y al salir a la calle me encontré a los vecinos y la Luna en todo su esplendor.

"¿No que el halo lunar cuando va a temblar?" me pregunté mirando con reproche a mi amiga en el cielo, y pocos segundos después finalmente la tierra se calmó.

Respiré, me metí y vine a buscar el teléfono. No salían llamadas pero el internet seguía conectado así que estuve pendiente en el Twitter y le prendí a las noticias.

6.8... creo que nunca había sentido uno tan fuerte y tan largo. Realmente me da miedo que haya réplicas más fuertes pero solo me queda encomendarme a Dios y serenarme.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY QUÉ HORRIBLEEEEEEE!

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