jueves, 28 de abril de 2011

LexiCienta...



Se me ocurrió uno de esos días: "Tienes que dejar todo limpio si quieres ir al teatro".



Estamos de acuerdo en que es la obligación de toda hija ayudar en casa y en que mi madre no es una madrastra malvada, así que el término es una exageración.



Pero me pareció gracioso.


Hasta la cancioncita queda:

"LexiCienta, Lexicienta, lava y barre, LexiCienta!"


Además me acuerdo de cuando Sac nos acompañó a comer antes de un Broadway por Amor y ya se estaba despidiendo cuando llegó Fede y cual Hado Padrino le dejó un boleto para entrar al concierto.



Y la última vez qu epuse el asunto de LexiCienta en facebook, mi mejor amiga contestó "Soy el Atún Enlatado, pídeme lo que desees, LexiCienta". Y el chiste ya es redondo.




Pero ayer pasó algo fuera de lo común: LexiCienta no terminó.



A LexiCienta le falló el cálculo y le tomó el doble de lo esperado hacer los quehaceres que le tocaban, y no pudo ir a tomarse un café con otras Princesas.


Vale, creo que para ser una Cenicienta siempre eficiente necesitas ratoncitos hacendosos que te ayuden, y yo solo tengo un hamster miedoso...


Así que me quedé al menos contenta torturando a las visitas con soundtracks de anime mientras órdenaba, limpiaba, barría y trapeaba. Me perdí de unos chismes y ya, no es que se acabara el mundo.



¿Pero qué hubiera pasado si Cenicienta no llegaba al baile?



Hablando de Cenicienta versión Disney, por supuesto, la que se ganó al Príncipe en unas cuantas horas, no de la original que iba a los bailes del Castillo a cada rato y luego se des-pedí-a del Príncipe hasta ganarse su afecto.


¡Qué espanto!

El Príncipe se hubiera casado con cualquier otra (pero obviamente no con alguna de las hermanastras malvadas, seguro había un ciento de mejores doncellas para elegir) y Cenicienta se hubiera quedado bajo el yugo de esa malvada mujer que tenía controlado hasta el pelo más escondido en su vida.




Lo cual me lleva a pensar... ¿qué pasa con las Cenicientas de la vida real que no alcanzan Hada Madrina?



Pensé en mis tías Paternas, ¡brrrr! Pero ellas son solteronas por elección propia, buenos prospectos han tenido y los han rechazado por querer algo mejor. ¡Y tómala! ¡Quedadas todas!



Hablo de verdaderas mujeres que no han podido a salir a conocer la vida porque una Madrastra Malvada las detiene... ¡brrrr!



¿Saben qué? ¡No se necesitan Hadas Madrinas que vengan a salvarte!


Lo que se necesita es un poquito de independencia, otro tanto de autoestima, un poco de valor a lo desconocido, y ganas de salir adelante: y no habrá madrastra malvada que te detenga.


¡Sal y descalábrate! Y fíjate porqué, quién, cuando, dónde y cómo te descalabraste, para que no te vuelva a pasar, por supuesto... ¡pero sal!


¡¡¡¡¡Arriésgateeeeee!!!!!!!! ¡¡¡¡VIVEEEEE!!!!!



¿O en serio quieres quedarte a vivir como esclava de los deseos y miedos de la Madrastra Malvada toda tu vida?



Yo no querría ._.



Listen to the Music of the Night.

No hay comentarios:

Publicar un comentario