miércoles, 26 de octubre de 2011

Vaya cosa ésta de ser teatrero...

Desde hace un par de meses, mi bolita de best friends musical theatre geeks veníamos planeando un videoclip con algunas canciones de Mozart L'Opera Rock en playback.

Me dijeron que podía ser Salieri y yo dije "¡Síiiii!" porque es el que más me llamó la atención (osease: está super guapo), aunque no tenía mucha idea.


Fue cuando le puse verdadera atención a la obra, al personaje, y me di cuenta de que era un personaje increíble y toda la fuerza que se necesitaba para interpretarlo. Me apantallé y me preocupé, pero supe que no había vuelta atrás y debía tomarlo como un reto.


Estuve estudiando lo más que pude al personaje y las canciones que me tocaron, veía los videos oficiales al menos una vez al día y el segundo acto de la obra completo dos veces a la semana.


Estaba decidida a dar lo mejor de mi, a aprovechar ser hombre (¿recuerdan la entrada de "Los 10 papeles que jamás haré"?), y a hacerle justicia a la maravillosa interpretación de Florent Mothe.



Un par de semanas antes tuvimos un ensayo, y aun con mi ropa normal (y wonderbra) a todos les gustó mucho nuestro ensayo de Vivre a en Crever que es la que "canté" solo con chibi Mozart.


Al siguiente fin de semana fuimos a buscar un broche que se viera masculino para la semana, y un par de días después me maquillé sin demasiado cuidado una barba con maquillaje normal de payaso para ver si no lucía demasiado rara, y pues no.


Un día antes fuimos al Chopo a buscar una camisa gótica de hombre y la encontramos de buena tela y a buen precio, estaba casi lista.



Solo quedaba la incertidumbre de qué tanto podríamos disimular mis bubis (que la verdad uso talla algo grande), pero al final el día del video supieron vendarme muy bien y entre los olanes de la camisa y la pechera, no se veía nada.
Me planché el pelo, me maquillé la barba, me corté una parte del fleco y terminé así:



¡Todos estábamos asombrados! Cuando fueron llegando los demás me veían con cara de O___O incluso Jaz dijo "Wow en serio te pareces, es escalofriante".


Sacamos algunas fotos y empezamos a grabar, en la primera canción (muy enfocada a las niñas) me sentía todavía fuera de lugar, pero para Tatoue-moi ya agarré carrera y me sentía totalmente Salieri.



Para Le Bien Qui Fait Mal, después de corretearlos porque se nos iba una actriz, decidí snetirme lo más infeliz y paranóica posible, acabé en el suelo y me dejé caer realmente satisfecha. Y todos fueron hacia mi a preguntarme "¿Estás bien?" y a levantarme jaja, al parecer se asustaron pensando que las vendas me estaban asfixiando.





Tomamos un descanso y a raíz de que nuestra Aloyse se quejó que no quería publicar el video, le dijimos que si quería dedicarse a ésta movida, tener documentado todo ésto era importante, hablabamos de enseñárselo a nuestros respectivos maestros, de que ya es cartera, etc.

Estaba muy emocionada y aún me faltaba mi dueto con Mozart.



Unas fotos más, comimos, tomas individuales para la edición del video, y finalmente Vivre a en Crever que la verdad no sé cómo me salió, ¡estaba suuuper apantallada de lo mucho que ha mejorado mi amigo!






Acabé super cansada, las vendas me empezaron a molestar como dos horas antes, pero estaba feliz y orgullosa por todo el esfuerzo, porque empezamos un proyecto y no lo dejamos a medias (bueno, al menos yo ya terminé mi parte) y porque no necesitamos maestros para tomárnoslo en serio y dar lo máximo de nosotros.


Estoy muy consciente de que sin maestros que dirigirnos la cosa no estuvo tan bien como si nos hubiera guiado un profesional, pero ésto es un esfuerzo personal y de grupo en que cada quién aportó su talento.




Vean las fotos, ¿no están geniales? Nuestra Constanze no sabe nada de actuación pero de ella fue la de la idea, fue quien nos dirigió y miren su gran talento para tomar fotos. Quienes ya estamos un poco más avanzados en cuestiones teatrales pues apoyamos lo más que pudimos y los que no tenían ni uno ni lo otro dieron todo de si mismos sin cuestionarse demasiado.



La cosa fue toda felicidad hasta que llegué a casa... y mi madre no tuvo nada positivo qué decir. No dije nada y me deprimí bastante, me cayó el veinte de que por mucho que cuando está de buen humor me diga que siempre me va a apoyar, nunca lo va a entender y siempre tendremos episodios como ese.



Un par de noches después resultó que la molestia era "que me dejara ser ese mugroso mientras las otras se veían muy muy". Le dije que ya haríamos proyectos en que me viera yo muy muy, y solo dijo "sí, ajá" cero convencida.



Ni de chiste le decía el asunto de que nunca me tomarían en cuenta profesionalmente para un papel de hombre y por eso aproveché al máximo a Salieri, porque lógicamente llevaría a una discusión aún mayor.



Estoy feliz, ¿saben? Pude ser hombre, di lo mejor de mi, para mi fue en serio, para mi fue importante.




Y sé que fue un paso adelante en mi aprendizaje.



Listen to the Music of the Night.

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