domingo, 3 de enero de 2010

La Princesa y el Sapo (¡viva el rey!)

Ya que estoy sincera en esto de las películas (y lo que acabo de escribir sobre Avatar ya me trajo una inspiradora pedrada) continuaré con una película que vi a mediados de Diciembre y no sé porqué no había mencionado aquí.


La Princesa y el Sapo me tenía totalmente a la expectativa, animación tradicional y jazz sonaban exageradamente atractivos y por el otro lado el hecho de que fuera una adaptación me creó ciertas reservas.


Así que cuando finalmente fui a verla, mi única verdadera esperanza era que el doblaje no fuera un derroche de ineptitud star talent.

¡Y no lo fue! El único Star Talent fue Victor Trujillo (y él solito se ganó el título de ST al desdeñar sus orígenes como actor de doblaje) quien sus últimos doblajes habían sonado planes e idénticos con lo que fue una grata sorpresa escucharlo resurgir doblando al malo.



Hablando de malos: me resulta muy molesto que en las películas familiares cada vez le metan más brujería explícita. Al menos al final el malo no obtuvo nada bueno de la hechicería vudú.


Incluso Mario Filo me cayó bien, como que está dejando definitivamente atrás sus tonos de locutor ("¡Anakin, trae dos kilos de arroz y ahórrate 90 dactarios en Six Flags Coruscant!").


Y aún no sé si Mireya Mendoza dobló a Tiana en diálogos y canciones, y si lo hizo: ¡NO INVENTES! ¡Quiero cantar así!


Hector Lee dobla a un encantador cocodrilo y Arturo Mercado con su maestría impecable nos da una libélula enamorada que nos conmovió más que ningún otro personaje en la película.

El soundtrack está padrísimo, no lo tengo aún porque no me he parado por un Mixup (igual y se lo pido a los Reyes Magos) pero el jazz, el jazz! Y es tan grato encontrar de nuevo la magia de Disney haciendo una historia musical como escuchar la grabación de El Rey León Sudáfrica (una buena oportunidad para decir que el disco esta buenísimo je).


Y además de todo la historia es bellamente cursi.


No sé porque ahora mi estilo es más bien cursi, pero en serio disfruté toda la churrería sensiblona entre los sapos y sobre todo la fantástica historia sobre Evangeline.

Ese bello sentimiento sobre algo idealizado, lejano y hermoso, que sabes que nunca podrás alcanzar pero que está ahí alumbrándote y ofreciéndote eso que tanto admiras, quieres, amas, o whatever.


"No le hagas caso Evangeline, lo dijo solo porque le rompieron el corazón." casi me hace llorar, me recordó todo lo que he luchado contra la gente que cree comprender lo que siento, dividiéndose en quienes creen que debería dejar de sentirlo y quienes creen que no hago lo que debería hacer todo aquel que siente lo que (según ellos) siento.

Qué revoltijo jaja.


Tristemente, la película termina con esos finales que nos contaron siempre de niñas y nos hicieron creer en el Happily ever after y un día la realidad nos enseñó que no lo hay.


Pero bueno, el punto aquí es que Disney regresa como el rey de la animación en este lado del mundo, y esperemos que ahí se mantenga por unos cuantos años al menos.

¿Y qué pienso sobre que Tiana sea afroamericana? Pues obviamente no ibas a poner a una guerita a gantar jazz, ¿verdad? Es una historia sobre una chica de clase baja en Nueva Órleans, no un fantástico cuento de hadas, si esto fuera una película live-action tampoco hubieran puesto a una rubia, ¿o sí?

Listen to the Music of the Night
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1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con tu reseña.

    Me confieso fan de la animación, del doblaje mexicano y por supuesto de Disney.

    Sinceramente fui a ver esta película sin mucha expectativa, soy enemigo de lo políticamente correcto, creo que cuando un guión trata de cuidar el no ofender una raza o circunstancia particular está perdiendo esencia por el solo hecho de hacerlo.

    Sin embargo, salí agradablemente sorprendido, es una película que conjuga diversión, música, drama y moraleja en un excelente producto.

    Pronto veras en mi blog un post con escenas de esta película.

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